sábado, 25 de febrero de 2012

Ahora viviré alocadamente cada uno de los días que me queden en esta vida, no me lo impedirá nadie.Porque si quiero reír, reiré. Si quiero llorar, lloraré. Si quiero saltar, saltaré. Cuando y donde me de la gana

--¿Qué piensas? ¿No me vas a responder?
Tardé en responder, pero después de un suspiro le dije:
+Tengo miedo... A que no me quieras como yo a ti.
Cambió su mirada, ahora, era de inseguridad.
De repente, sentí algo que jamás había sentido, era algo nuevo, y sólo fue su mano, que pasaba por el contorno de mi piel del brazo izquierdo, así, soltó lo siguiente:
-No perdería el tiempo con alguien a quien no quiero, y mucho menos, le haría sufrir. Te has convertido, desde un simple conocido, a mi alma. Ahora, cada vez que me levanto, pienso sólo en ti, y mis fuerzas, me las das tú. No tengo que jurarte nada, pero, te juro que te quiero más, de lo que querré a nadie.
Así descubrí, de verdad, que el amor de mi vida, no era otro, sino él....

No hay comentarios:

Publicar un comentario